¡Hola a todos!
Como lo dice el título de este post... he empezado de nuevo; estoy de vuelta en USA, y no volví de Au Pair, y no regresé a casarme. Estoy como estudiante, he decidido tomar un año de Inglés Académico Intesivo y estoy a la espera que inicien mis clases. Bueno y aunque ya tuve la experiencia de vivir lejos de mi familia y empezar de cero en un lugar, no puedo decir que soy una experta en manejar dicha situación.
Cuando fui Au Pair viví en el estado de Virginia, cerca a Washington D.C. Ahora estoy viviendo en el estado de Washigton, en Seattle para ser más específica; y estoy completamente segura que la cosa habría sido muy distinta si hubera decidido estudiar en Virginia, pues allá ya tenía una vida, amigos, dos Host Families, lugares favoritos, night clubs, ya conocía las carreteras, algunos atajos, tiendas preferidas, en fin, es que me he ido al otro lado del país. El sólo viaje desde Colombia a Seattle me tomó 18 horas, ahora hay tres horas de diferencia entre mi familia y yo.
Mi proyecto después de ser Au Pair se resume en: a) regresar a Colombia por un año; b) ejercer mi profesión y adquirir experiencia; c) bajar de peso; d) buscar una escuela donde estudiar Inglés académico en USA; e) regresar a USA y; d) tener visa Canadiense. Y aunque todo estaba "friamente calculado" y trabajé arduamente para conseguir cada cosa que me propuese, cuando llegó el momento de partir, no estaba preparada.
¡N O L O E S T A B A!
Y yo no podía creer lo que estaba sintiendo, no quería irme de mi casa, no quería dejar a mi familia, el gimnasio, mis amigos, mi perro y a mis compañeros de trabajo. Es que una vez sales de tu casa por mucho tiempo, y luego estás de vuelta, valoras más a tu familia, los quieres más, les demuestras con acciones, palabras que los amas y que son importantes para ti, te vuelves más comprensiva y tratas de mantener la calma ante los problemas, disgustos y pataletas; además valoras más lo que tiene tu país, tu ciudad, te das cuenta de lo hermoso que es el paisaje en medio de la hora de tráfico. Así que es duro volver a dejar lo que tienes, y es más duro aún cuando sabes que en tu familia te necesitan más cerca que lejos. Pero tomamos decisiones, y debemos seguir adelante con ellas.